Los resultados de aprendizaje en países de bajos y medianos ingresos continúan siendo insuficientes y mal distribuidos. Varios factores están detrás de esta situación, muchos de los cuales se relacionan con el financiamiento de la educación: bajo gasto total por alumno; brechas crecientes entre los niveles de gasto de países desarrollados y aquellos en vías de desarrollo; distribución desigual de insumos fundamentales para educación; uso ineficiente de recursos pedagógicos y bajos niveles de innovación; y un marco de economía política inadecuado, donde los más ricos enfrentan incentivos para excluirse de un sector público debilitado. Se presentan recomendaciones para afrontar estos problemas con el objetivo de generar, no sólo una mayor inversión, sino también un uso de recursos más efectivo y equitativo.
Grupo de trabajo: El futuro del trabajo y educación para la era digital