Los gobiernos nacionales, incluso en la fase actual de “hiperglobalización”, tienen libertad de iniciativa en política social y económica. La gran variedad de políticas económicas y sociales en todo el mundo, incluso entre las economías más abiertas, demuestra que el estado de bienestar no perdió su función original de compensar a los ciudadanos por los riesgos de la variabilidad de los ingresos en las economías abiertas. La afirmación de que la globalización requiere revertir el estado de bienestar es infundada. Por lo tanto, todos los actores relevantes (políticos, ciudadanos, sociedad civil) deben considerar a la política nacional como crucial para determinar el rumbo de su país y merecedora de su inversión y energía.
Grupo de trabajo: Cohesión social, gobernanza global y el futuro de la política