G20: Diplomacia de Elite y de la Sociedad Civil

Por Pablo Ava. Políticas Públicas e Investigación T20 Argentina.

La Diplomacia del G20 ha retomado el camino de la Diplomacia personalizada, lejos de los modelos que propiciaban la creación y articulación a través de organismos y organizaciones más o menos representativas. La burocratización de las organizaciones internacionales, fue vista como una barrera para que las decisiones que se deben tomar en un mundo interconectado, globalizado y de naturaleza ubicua sean efectivas. Es la Diplomacia de los presidentes y jefes de Estados, que reunidos en encuentros como los del G8, G20 y BRICS impulsan un modelo de acercamiento a los problemas globales como problemas que requieren soluciones urgentes, de consenso pero tomadas de forma menos procedimental. Este modelo retoma en alguna medida la Diplomacia de Elites, es decir son quienes se encuentran en los lugares más importantes de la sociedad política quienes tomarán decisiones que afectarán a por lo menos un 85% de la economía global en el caso del G20.

Junto con este modelo fueron surgiendo como respuesta reactiva a la diplomacia de elites, una diplomacia del a sociedad civil organizada. Esto son los que se conocen como engagement groups del G20, reuniones de organizaciones de la sociedad civil que proponen iniciativas y propuestas a los decisores del G20 desde diferentes perspectivas como son la de Género, de Científicos, de Think Tanks (Think 20), o del Trabajo (L20) para nombrar algunos de estos grupos. Cada uno de ellos se abocará a temas de la agenda global. En el caso del Think 20, los temas abarcan una agenda de 360 grados, desde la problemática de la Educación Digital y el Empleo, pasando por el Cambio Climático, hasta temas de importantes alcances técnicos como son los de Arquitectura Financiera o Seguridad Alimentaria para poner algunos ejemplos de los denominados Task Forces del Think 20.

En la descripción de Saskia Sassen “…las capacidades para el funcionamiento, la coordinación y el control mundiales que entrañan las nuevas tecnologías de la información y el poder de las empresas transnacionales son también objeto de producción. Al centrarnos en esta, añadimos una dimensión desatendida a la consabida cuestión del poder de las grandes empresas y las nuevas tecnologías. Con ello pasamos a subrayar los procedimientos que constituyen lo que llamamos «mundialización económica» y «control mundial»: la labor de producción y reproducción, la organización y la gestión de un sistema mundial de producción y un mercado financiero mundial, ambos en condiciones de concentración económica. Al centrarnos en los procedimientos, introducimos en el análisis de la mundialización económica las categorías de lugar y proceso de producción. En las descripciones centradas en la hipermovilidad del capital y el poder de las empresas transnacionales, se pasan por alto fácilmente esas dos categorías. Al formular categorías como las de lugar y proceso de producción, no negamos el carácter fundamental de la hipermovilidad y del poder. Al contrario, situamos en primer plano el hecho de que muchos de los recursos necesarios para las actividades económicas mundiales no sean hipermóviles y, de hecho, estén profundamente insertos en lugares, en particular y con frecuencia en ciudades globales y zonas francas industriales.”

En esta descripción de Sassen, es que la sociedad civil encuentra su espacio en las ciudades globales demandantes de mayor y mejor calidad de vida, reconocimiento de identidades, hipermovilidad y sobre todo acceso: acceso en su sentido amplio a nuevos derechos, acceso a servicios de calidad, acceso a bienes públicos en un sentido amplio que empieza con los sistemas de transporte y termina con el acceso a redes de banda ancha de alta velocidad.

Como afirma Castells “Globalización no es sinónima de internacionalización. En sentido estricto es el proceso resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad en tiempo real a escala planetaria. Es un fenómeno nuevo porque sólo en las dos últimas décadas del siglo XX se ha constituido un sistema tecnológico de sistemas de información, telecomunicaciones y transporte, que ha articulado todo el planeta en una red de flujos en las que confluyen las funciones y unidades estratégicamente dominantes de todos los ámbitos de la actividad humana. Así, la economía global no es, en términos de empleo, sino una pequeña parte de la economía mundial. Pero es la parte decisiva. La economía global incluye, en su núcleo fundamental, la globalización de los mercados financieros, cuyo comportamiento determina los movimientos de capital, las monedas, el crédito y por tanto las economías en todos los países. Los mercados de divisas cambian diariamente 1,5 billones de dólares, haciendo imposible para cualquier gobierno sostener su divisa en contra de turbulencias masivas de los mercados financieros. El desarrollo y creación de sofisticados productos financieros (derivados, nuevos tipos de futuros, opciones etc.) articulan valores bursátiles en distintos mercados, estableciendo su interdependencia a través de transacciones electrónicas que mueven miles de millones de dólares en segundos. Según algunos cálculos, el valor de mercado de la capitalización del total de productos financieros derivados en 1998 era equivalente a 12 veces el valor estimado del producto bruto total del planeta. No hay, hoy por hoy, control o regulación de los flujos globales de capital, lo que convierte a todas las economías, en dependientes del comportamiento de los valores de sus empresas, acciones y obligaciones, en los mercados financieros.”

Las respuestas que a través de las diversas ediciones del G20 han ido encontrando los países miembros nos llevan a pensar que el diagnóstico de la globalización sigue siendo un diagnóstico en general pesimista con relación a la capacidad del proceso de generar más y mayores riquezas, igualdad y distribución de la riqueza entre los países centrales y periféricos.

De hecho en esta nueva edición del T20 se ha incorporado una task force destinada al análisis de los procesos de cohesión social. Este es un viejo concepto de la sociología retomado por los organismos internacionales, y en particular por la Unión Europea para avanzar sobre el tejido de los países de Europa del Este que se quieren integrar a la Europa Occidental. El término cohesión social no tiene un significado claro. Es un término muy común en las políticas públicas y la investigación a escala europea. El término conjura una imagen muy atractiva: la de una sociedad bien trabada, con unidad suficiente para evitar el conflicto y la división. La cohesión social se concibe como la solución ideal a  las tensiones y los problemas sociales de las ciudades modernas, como la exclusión social, la pobreza y la violencia.

En realidad, la cohesión social es un concepto imposible de delimitar y que no debe darse por sentado, porque se refiere a las contradicciones inherentes a la condición humana y al capitalismo. Y pasa a ser una condición del buen gobierno o la gobernanza global.

Boaventura da Sousa Santos explica estas contradicciones en Epistemologías al Sur: “Para poder tener una idea del porqué de las Epistemologías del Sur, previamente es necesario situar el contexto en el que nos encontramos. En primer lugar, una cosa que llama la atención del contexto sociopolítico de nuestro tiempo es que no es fácil definirlo, porque depende mucho de la posición que uno tenga dentro del sistema mundial: vivir en Europa o en Norteamérica no es lo mismo que vivir en la India o en Bangladesh, son realidades totalmente distintas, con diferentes perspectivas; además, también existen diferencias entre las posiciones políticas de los individuos, porque algunos pueden estar más cerca de las clases y grupos dominantes y otros, por el contrario, de los grupos y clases de los oprimidos. Y en el análisis de la situación, desde un punto de vista sociopolítico, la diferencia es total. Si quisiéramos tener una prueba de esto, podríamos simplemente usar como ejemplo la última edición del informe sobre los riesgos mundiales del Foro Económico Mundial de Davos, y confrontarlo con los ejes temáticos del Foro Social Mundial (FSM): nos daríamos cuenta de que no hablan del mismo mundo, tratan de cosas distintas.” Es decir que para Santos, no es la misma la visión de las elites que las del resto de la sociedad civil y es por eso importante sumarlas al debate de los países al momento de las cumbres del G20. Si el G20 en su primera cumbre de 1999 tuvo por tema casi exclusivo la crisis financiera global es su edición del 2008 en Washington en donde aparece una especie de Bretton Woods de segunda generación. La cumbre, aprobó por unanimidad​ los siguientes acuerdos:

  1. Continuar los esfuerzos de sus miembros desarrollados, tanto en el ámbito nacional, como el internacional, para apoyar los mercados financieros y tomar cualquier acción adicional necesaria para estabilizar el sistema.
  2. Reconocer la importancia de la ayuda de la política monetaria, en la medida en que se considere apropiado para las condiciones nacionales de cada país.
  3. Usar medidas fiscales para estimular de forma rápida la demanda interna, al tiempo que se mantiene un marco propicio para la sostenibilidad fiscal.
  4. Ayudar a los países emergentes y en desarrollo a lograr acceso a la financiación en las difíciles condiciones financieras, incluyendo instrumentos de liquidez y programas de apoyo.
  5. Apoyar el papel del FMIen la respuesta a la crisis, reconociendo el valor de los nuevos mecanismos de liquidez a corto plazo y urgir a la continua revisión de sus instrumentos para asegurar la flexibilidad.
  6. Animar al Banco Mundialy a otros bancos multilaterales de desarrollo a usar su plena capacidad en apoyo de su agenda de ayuda.
  7. Asegurarse de que el FMI, el Banco Mundial y los otros bancos multilaterales de desarrollo tengan los recursos suficientes para continuar desempeñando su papel en la resolución de la crisis.

Adoptó, además, los siguientes compromisos:

  1. Fortalecer la transparencia y la responsabilidad en los mercados financieros, incluyendo la mejora de los productos financieros complejos y asegurando la completa y adecuada revelación de las empresas y sus condiciones financieras. Los incentivos deben ser alineados para evitar excesivos riesgos.
  2. Mejora de la regulación para fortalecer y examinar prudentemente los regímenes regulatorios según convenga. Ejercitar una fuerte vigilancia sobre las agencias de crédito, con el desarrollo de un código de conducta internacional. También establecer regímenes regulatorios más efectivos a lo largo del ciclo económico, mientras que se asegura que la regulación es eficiente, sin ahogar la innovación, y animar el crecimiento del comercio de productos financieros y servicios.
  3. Evaluar de forma transparente los sistemas regulatorios nacionales.
  4. Promover la integridad de los mercados financieros, reforzando la protección del inversor y el consumidor, evitando conflictos de intereses, previniendo la manipulación ilegal del mercado, las actividades fraudulentas y avisos y protegiendo contra los riesgos financieros ilícitos procedentes de jurisdicciones no cooperativas. También se promoverá el intercambio de información, incluyendo las jurisdicciones que se han comprometido con los estándares internacionales respecto al secreto y la transparencia bancarios.
  5. Fortalecer la cooperación internacional y formular las reglas y otras medidas de cooperación a través de todos los segmentos de mercados financieros, incluyendo los que afectan al movimiento de capitales entre fronteras. Los reguladores y otras autoridades relevantes deben fortalecer la cooperación en la prevención, gestión y resolución de crisis.
  6. Reformar las instituciones financieras internacionales de forma que puedan reflejar los cambios en la economía mundial para incrementar su legitimidad y efectividad. En este sentido, las economías emergentes y en desarrollo, incluyendo a los países más pobres, deberán tener más voz y representación. El Foro de Estabilidad Financiera(FSF) tiene que acoger urgentemente a más miembros de los países emergentes, y otras instituciones deberán revisar su participación. El FMI, en colaboración con el FSF ampliado y otras instituciones, deberá cooperar para identificar puntos vulnerables, anticipar peligros potenciales y actuar rápidamente para jugar un papel fundamental en la respuesta a la crisis.

Sin embargo su agenda ha permitido permear mas temas, inclusive algunos de alta sensibilidad como es el cambio climático. Es por esto que se pudo salir del esquema trabado del G8, e incorporar países en vías de desarrollo en el G20. Esto era necesario para evitar también la proliferación de manifestaciones como las que tuvieron lugar en la tercera edición realizada en Pittsburg en donde las manifestaciones de la sociedad civil eran movilizaciones antiglobalización que terminaron en algunos hechos violentos.

Finalmente, la Agenda Argentina ha priorizado los temas de educación e inserción en el mercado laboral digital, infraestructuras para el desarrollo y cambio climático y seguridad alimentaria. Estos son los temas centrales del G20 que tienen alta sensibilidad en particular el de cambio climático por cuanto no hay un consenso global sobre las políticas posteriores al protocolo de Kyoto. En el T20 estos temas se complementan con temas de la agenda del año anterior como es el análisis específico de la situación en África o el dramático fenómeno de las migraciones. Asimismo se mantendrá los análisis del sistema financiero, impuestos y comercios y su capacidad de resiliencia ante las crisis financieras globales.

Luego de la gran cantidad de documentos ya sea de policy papers como de visión papers producidos durante la presidencia alemana, es un desafío para la Argentina mantener este nivel de producción y de calidad, sumado además a la intención de integrar mas think tanks de la Región de América Latina que no tuvo una presencia destacada en la versión anterior y es por esto un desafío en sí mismo.