Por Martín Piñero. Co-chair del grupo de trabajo Seguridad alimentaria y agricultura sostenible.
En 1992, durante la Conferencia de Rio, la seguridad alimentaria fue declarada como derecho universal. Es decir, asegurar una alimentación adecuada a toda la población del mundo se transformo en un objetivo y una responsabilidad global, concepto que fue incorporado plenamente en los Objetivos del Desarrollo aprobados recientemente en el ámbito de las Naciones Unidas.
Si bien el número de personas con hambre descendió, a nivel mundial, durante la última década cifras recientemente publicadas por FAO muestran un nuevo incremento durante los últimos dos años. Este fracaso esta asociado, como causa y como consecuencia, tanto a las crecientes migraciones mundiales como a los conflictos armados
Para lograr el objetivo de un mundo sin hambre en las próximas tres décadas será necesario aumentar la producción de alimentos en un 70%. Este esfuerzo productivo no será fácil y además tiene que estar acompañado por acciones concretas dirigidas a resolver dos problemas adicionales vinculados entre si
Por un lado la mayor parte de la demanda futura de alimentos estará concentrada en unos pocos países del Asia que no pueden aumentar la producción de manera sustantiva por carecer de los recursos naturales agrícolas necesarios (tierra y agua). Por lo tanto lograr la seguridad alimentaria en dicha región del mundo requerirá aumentar sustancialmente el comercio de alimentos que serán provistos por otras regiones del mundo con mayor dotación de recursos naturales agrícolas
Por otro lado, la producción agropecuaria es un contribuyente importante a las emisiones de gases de efecto invernadero y consecuentemente al calentamiento global. El necesario aumento de la producción agropecuaria para responder a la demanda global, podría resultar en un aumento sustantivo de la emisión de gases de efecto invernadero. Esto es particularmente cierto si no se toman medidas importantes en relación a readecuar las formas de producir y las tecnologías utilizadas
La administración inteligente de estas interrelaciones entre seguridad alimentaria, producción agrícola, comercio internacional y cambio climático requiere un esfuerzo concertado a nivel global para lo cual es necesaria la activa participación del G20 y de otros mecanismos de la gobernanza mundial
En este sentido es auspicioso que la seguridad alimentaria esta incluida, tal como lo señalo el Presidente Mauricio Macri en el acto inaugural en el cual se dio inicio a la Presidencia Argentina del G20, como uno de los principales temas de la agenda de la reunión del G20 a realizarse en Buenos Aires a fines del 2018. Es una oportunidad importante para que los países miembros y en particular Argentina, como país que ejerce la presidencia, articule propuestas de acción, a nivel global, que contribuyan a una producción de alimentos eficiente y sustentable. Para ello será necesario articular políticas de apoyo a la utilización generalizada de prácticas agrícolas sustentables y a un comercio agrícola más amplio y efectivo que permita la más completa y eficiente utilización de los recursos naturales agrícolas existentes en el mundo.