Lo que pasó en Berlín: Argentina presente en la transición al futuro de la política

Por Colin Bradford, senior fellow de Brookings Institution e integrante del Consejo Consultivo del T20 Argentina.

Más de 15 expertos argentinos formaron parte de la Cumbre para la Solución de Problemas Globales 2018 (GSS por sus siglas en inglés) en Berlín la semana pasada para discutir desafíos mundiales, junto a 1100 asistentes de más de 100 países. El T20 participó del evento porque el programa incluyó a los temas y los documentos de políticas públicas que desarrolla para la Cumbre en Buenos Aires a mediados de septiembre.

Pero lo que pasó en Berlín fue mucho más importante que el foco en los temas y documentos de políticas públicas para el T20 argentino. El GSS 2018 fue más que una conferencia de investigadores hablando entre sí; se convirtió en una reunión de expertos y representantes de diversos sectores de la sociedad que colaboraron para contribuir a las políticas para todo el planeta. El evento y el T20 también están vinculados a los líderes del G20, los veinte países más importantes del mundo, que tendrán su Cumbre del G20 en Buenos Aires a fines de noviembre. Lo que sucedió en Berlín fue algo sorprendente.

En primer lugar, el actual es un momento serio. Está claro que vivimos tiempos de fragmentación social, de angustia económica, y de tensión política. Está en duda la capacidad de las economías de mercado de generar resultados sociales políticamente sostenibles para nuestras sociedades. Es un tiempo en el que la legitimidad de los mercados libres y de las democracias está en juego. Los líderes de think tanks, de la academia, de la política, del mundo de los negocios y de la sociedad civil que participaron del GSS son conscientes de estos desafíos y de su importancia transcendental.

Como dijo el jefe de Gabinete de Ministros de la Argentina, Marcos Peña, en la reunión inaugural del T20 argentino en febrero: “no se puede perder la conexión con la calle”. Es fatal.

En segundo lugar, mientras que el desafío de inclusión social es fundamentalmente interno y un problema político doméstico, también tiene dimensiones globales por el impacto de las turbulencias dentro de algunos países y porque las personas son conscientes de los problemas de todo el mundo. El creciente apoyo al populismo y al nacionalismo constituye una amenaza potencial en cada Estado. Este sí que es un desafío global. En la actualidad, existe una competencia mundial entre nacionalismo y multilateralismo, un tema central para el G20.

Pero el desafío social interno y el desafío internacional que expresa el nacionalismo no son solo problemas para los políticos de los países más grandes. Son desafíos para las sociedades, que deben analizar los expertos y discutir los líderes del sector privado, los periodistas, los jóvenes, los líderes religiosos, los de organizaciones no-gubernamentales, y muchos más.

Los expertos de los think tanks se convirtieron en intermediarios de todos estos sectores de la sociedad; y el T20 amplió su alcance entre los grupos de afinidad del G20 para incluir participantes del mundo de los negocios (B20), los trabajadores (L20), la sociedad civil (C20), los jóvenes (Y20) y las mujeres (W20).

“Lo que pasó en Berlín” en la Cumbre de Soluciones Globales es que la unión del T20 y el GSS para alcanzar a un público más amplio transformó a una reunión de expertos en la movilización de líderes de diferentes segmentos de la sociedad. Esta cumbre manifestó el poder de la confluencia de la amplia gama de participantes para centrarse en desafíos fundamentales, y transformó lo que era una conferencia de investigadores en una nueva modalidad para avanzar del pensamiento a la acción. Este foro es ahora un campo energético de ideas que son intelectualmente potentes e importantes por su convergencia y su diversidad.

No fue una reunión de la supuesta “élite global” compartir su cosmopolitismo, sino diversos grupos de líderes sociales profundamente preocupados por aquellos que aún no se han beneficiado de la economía de mercado y la globalización. Estos líderes están conectados con sus públicos, hacen eco de las preocupaciones públicas sobre la erosión de la confianza, la civilidad, el estado de derecho, la fe en las instituciones y, sobre todo, la confianza en los mercados para lograr resultados sociales.

Uno de los temas que se discutió fue el futuro de la política. Más allá del tópico, observamos la manifestación de una nueva forma de política internacional compuesta por actores importantes de nuestras sociedades, que esperamos juegue un papel importante en la Cumbre del T20 en Buenos Aires en septiembre, en la del G20 de Argentina a fines de noviembre y en el futuro de la comunidad global.