La toma de riesgos excesiva y sistemática de las instituciones financieras internacionales (IFIs) es considerada como una de las principales causas de la crisis financiera mundial. En respuesta, se adoptaron reformas internacionales para tratar de frenar esa toma de riesgos, bajo la supervisión de los organismos de normalización del G20. Sin embargo, estas reformas solo imponen requisitos básicos, como la adecuación del capital, y no pueden por sí solas evitar futuros colapsos. Para completar la agenda de reforma financiera del G20, los gerentes de las IFIs deberían asumir el deber con la sociedad (un “deber de gobernanza pública”) de no involucrar a sus empresas en una toma de riesgos excesiva que conduzca a externalidades sistémicas. Regular así la gobernanza puede ayudar a complementar las reformas regulatorias en curso y reducir la probabilidad de daño sistémico para la población.
Grupo de trabajo: Una arquitectura financiera internacional para la estabilidad y el desarrollo