Este documento de políticas públicas plantea un nuevo modelo urbano que aprovecha el poder de las ciudades para frenar el calentamiento global. El mismo aborda los desafíos de gestión de la energía, la construcción y el transporte para promover el crecimiento de ciudades diversas y compactas. El modelo es esencial para enfrentar los desafíos complejos que se dan en las urbes, como promover una vida social cohesionada y una base económica competitiva, mientras se preservan los sistemas agrícolas y naturales cruciales para el suelo, la energía y los recursos materiales. Dado que la mayoría de la población vive en áreas urbanas, el G20 debería reconocer el papel clave que desempeñan las ciudades al abordar desafíos globales, como el cambio climático. Las medidas que toman las ciudades deberían ser una solución indispensable. Los Grupos de Trabajo del G20 de Desarrollo, Sostenibilidad Climática y Transiciones Energéticas deberían incorporar un enfoque urbano a las discusiones relacionadas con el cambio climático.

Grupo de trabajo: Cambio climático e infraestructura para el desarrollo

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