Las empresas de propiedad estatal son importantes porque producen bienes públicos, como la energía, el suministro de agua, el transporte y las comunicaciones, que afectan la economía y la calidad de vida de los ciudadanos. Los gobiernos débiles y las escasas estructuras estatales de supervisión en las mismas pueden crear contextos favorables para el uso indebido de los recursos estatales y la corrupción (Transparency International 2017). Los líderes del G20 deben respaldar un marco de políticas públicas para promover la transparencia en las EPE, este debería ser el objetivo principal de la política de la lucha contra la corrupción internacional (Transparencia Internacional 2017 y OCDE 2016a).
Grupo de trabajo: Cohesión social, gobernanza global y el futuro de la política