A pesar de los intentos para neutralizar el monitoreo oficial del proteccionismo, evidencia inequívoca de fuentes estatales demuestra que los miembros del G20 violan sistematicamente su promesa de “no proteccionismo”. La escala de comercio afectado debería preocupar a los funcionarios: para marzo de 2018, más del 80% de las exportaciones de bienes del G20 compitieron contra distorsiones comerciales implementadas desde noviembre de 2008 y que siguen vigentes. Ese porcentaje se reduce al 30% si se eliminan las distorsiones del comercio relacionadas con la exportación, un total que excluye las recientes restricciones de importación de alto perfil que todavía no fueron implementadas. Los líderes deberían abordar las preocupaciones que surgen debido a que el enfoque actual del G20 no aborda las intervenciones políticas que distorsionan el comercio en el siglo XXI en dos pasos: expandir el alcance del compromiso proteccionista del G20 y pedir por un mejor monitoreo.

En vez de participar en otro debate infructuoso sobre qué es el proteccionismo, se debería seguir un enfoque basado en principios. Los líderes del G20 deberían adoptar un texto que condene cualquier intervención política discriminatoria, a menos que se invoque una excepción que sea ampliamente aceptada, justificada en evidencia, poco distorsiva e implementada sólo después de completar los procedimientos establecidos y sujeta a una revisión regular.

Además, los líderes del G20 deberían adoptar un texto que llame a las organizaciones internacionales a redoblar sus esfuerzos de monitoreo en conformidad con un enfoque basado en principios y a mejorar sustancialmente su cobertura de los servicios y las economías intangibles.

Grupo de trabajo: Comercio, inversión y cooperación impositiva