¿Las presiones demográficas y económicas (envejecimiento, globalización, progreso tecnológico) amenazan al estado de bienestar? De hecho, es aún más necesario en una economía globalizada y se puede mejorar su eficacia para la promoción de un crecimiento inclusivo. Esto implica: desarrollar formas de distribución previas y en el mercado que reduzcan las desigualdades en los ingresos del mercado y la necesidad de redistribución; invertir en educación y salud para desarrollar la productividad, las capacidades ciudadanas y el bienestar; buscar bases impositivas más eficientes como las externalidades y las rentas; romper la transmisión generacional de las desigualdades e impulsar la movilidad social mediante la inversión en capital humano y la redistribución de la riqueza; preparar redes de seguridad para las grandes olas tecnológicas; desarrollar la cooperación internacional en normas fiscales y sociales. Estas recomendaciones son relevantes para las economías emergentes y en desarrollo, y deben ser adecuadas al amplio desafío que esos países enfrentan para establecer un sistema de bienestar sostenible.

Grupo de trabajo: Cohesión social gobernanza global y el futuro de la política