Reducir la brecha de género, un buen negocio

Por Florencia Caro Sachetti. Participante del grupo de trabajo del T20 Argentina Equidad Económica de Género.

El mundo se transforma día a día: la innovación tecnológica, la globalización y el cambio climático son algunos de los factores que generan modificaciones en nuestro modo de vida y sobre nuestros roles en la sociedad. En este contexto, en noviembre de 2017 se realizó la cuarta edición de la World Assembly of Women (WAW), la conferencia que organiza el Gobierno de Japón para discutir temas de género con el fin de alcanzar “una sociedad en la que las mujeres brillen”.

El ciclo reunió a expertas, emprendedoras, empresarias, y funcionarias de todo el planeta para debatir sobre el rol cambiante de la mujer y cómo liberar el potencial de las mujeres para transformar el mundo de manera sostenible e inclusiva. Uno de los aspectos principales para alcanzar este objetivo es el empoderamiento económico de la mujer.

En los últimos años, las mujeres se insertaron en la fuerza laboral de forma masiva. No obstante, continúan siendo las responsables principales de las actividades domésticas y de cuidado. El incremento de la tasa de actividad femenina no fue acompañado por una distribución más equitativa del trabajo no remunerado. Así, la población femenina se enfrenta a una doble carga laboral: dentro y fuera del hogar.

Uno de los paneles de la conferencia nos reunió para debatir este tema: qué podemos hacer para redistribuir el trabajo no remunerado de manera más justa entre varones y mujeres. Tres Rs resumen la solución: reconocer el trabajo no remunerado, reducir la carga de estas tareas que recae sobre las mujeres y redistribuir la labor.

Además, se discutió sobre la perspectiva de género en empresas, el rol de la tecnología en la educación, la imagen de la mujer en los medios, el emprendedorismo, la paz, y la resiliencia ante desastres naturales. La Declaración de Tokio, el documento que resume las propuestas planteadas en la WAW, resalta la necesidad de generar alianzas entre el sector público, el privado y la sociedad civil para promover acciones y para abordar los estereotipos de género que existen en la sociedad.

Dada la importancia de los países que integran el G20 en la economía mundial y su potencial para cerrar las brechas existentes, las recomendaciones de la conferencia y otras sobre equidad de género cobran especial relevancia. Durante la presidencia argentina del grupo multilateral, el Think 20 (T20) cuenta con un grupo de trabajo abocado a la Equidad económica de género, que realizará su tarea de manera complementaria con el Women 20 (W20) para generar ámbitos de discusión basados en la evidencia. El objetivo de estos espacios es brindar propuestas concretas para garantizar los derechos de las mujeres mientras se promueve un crecimiento sustentable e inclusivo.

Reducir las brechas de género es, en primer lugar, una cuestión de equidad entre varones y mujeres. Pero, además, es un buen negocio: la evidencia muestra que la equidad de género es clave para el crecimiento económico.