Los autores hacen un llamado a los líderes del G20 para que reconozcan a las ciudades como agentes activos en la gestión de la migración, ya que los migrantes tienden a instalarse en áreas urbanas cuando llegan a su país de destino. Los miembros del G20 deben fortalecer la capacidad institucional de las ciudades, empoderarlas para determinar el estado legal y proteger los derechos de todos los migrantes (voluntarios e involuntarios). Instamos a que los países del G20 se enfoquen en los desafíos claves que enfrentan las ciudades como resultado de la migración. Particularmente, la provisión de vivienda asequible, la educación y el desarrollo de destrezas, el acceso a los servicios de salud (incluidos el de salud mental) y de transporte, el estrés adicional sobre el entorno natural y al aumento del consumo y de la basura. Alentamos a los países del G20 a tomar decisiones basadas en la evidencia en lugar de la opinión pública, la percepción y los sentimientos. Para garantizar la inclusión y la integración, los países del G20 deben trabajar con los líderes de las ciudades para que involucren a los migrantes en los procesos de planificación urbana. Pedimos a los países del G20 que trabajen junto al sector privado, no solo como potenciales empleadores de migrantes sino también como catalizadores del cambio económico y social al dar su opinión para formular políticas públicas migratorias y contribuir a la formación de alianzas multipartitas que involucren a todos los actores y como proveedores de soluciones.

Grupo de trabajo: Migraciones